Hay instantes donde las querencias se amontonan
Y hace que mis pies titubeen, se detienen en el tiempo
Aletargado suspiro que se abre como lugar inmóvil
Donde la maestría del tiempo se desvanece sobre mí
Convirtiéndome en dueña y señora de mis horas
Mirada sobre la línea horizontal del mar
Reflejo del horizonte aprendido
en el cual pretendo encontrar mil respuestas
abrir mil puertas y descubrir en cada epitel
el amor con miradas al mar,
pasión que se convierte en luz cegadora
y en la oscuridad nocturna se abre en los rosados del amanecer
despertar con la consciencia asimilada
que solo yo soy la dueña de mi tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario