Disculpa es más fuerte que yo
Estremece cada fibra de mi cuerpo
Cuando miro mi cuerpo
En el resplandor de tu mirada
Es mi piel que murmulla tu nombre
En la desnudez de nuestros brazos
En el juego interior de nuestras bocas en cada beso
Siento estallar cuando mis piernas se convierten
en extensiones de mis brazos ciñéndote fuertemente
sonidos guturales que abrevian la cadencia del deseo
manjar deseado que se sacia levemente
como ritual intimo, sublime, alimentado de sueños
cargado de sentimiento, inflamado por las llamas
de una pasión que jamás se extingue
como leño convertido en cenizas
Somos esa senda que se aproxima en cada recorrido
Como mar abierto a la epopeya misma de la descubierta
Eres mi arena, en la cual pliego mi cuerpo
Esperando el romper de la ola.
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