En el lindero de lo posiblemente subyugado
En la caricia mantuana que dejo la gallardía
En el gorgotear del agua invisible, tácita en la caricia
Presente en el estruendo del alma en forma de gemidos
Estruelo en la deidad divina que nos coloco sobre ese horizonte
Donde aflora el amor y la dulzura, habitas en mí como sol vespertino
Entre el ocre y naranja, sabiduría de loto despierto a nenúfares
Inundas cada riacho de mi cuerpo, tremor de alma y cuerpo
Mientras el reflejo de tus manos acicala mis sueños
Exacerban mis deseos, desvendan fantasías de mi piel
Entre el oleaje de nuestros cuerpos en entrega sublime
Se abre la caja de Pandora del misterio insondable
La razón del amor y del tiempo compartido
Dulce gemido, en el sonido del viento que en vuelo alto
Se permite libertades pues es fuerza en el amor presente.
En ese resurgir de tu piel en forma de rocío
Vas gota a gota humedeciendo mi piel ardiente
Apaciguando el fuego de mi cuerpo
Para tornarte fanal, dónde encuentro y vivo la pureza del Amor
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