Gemidos bajo la Luna.

Sentir en ti, las ansias desbordadas,
por el murmullo silente de mi voz.
Ser la forma cadenciosa de despertar
esa llama ardiente que me busca me medio de la noche
La piel cálida que arropa tus sueños,
que alimenta tus fantasías
Ser las letras que se unen a la lujuria cauta encubierta,
adosada del deseo de sentir
Mi piel fundida en la tuya,
mientras desleímos mil sensaciones
En el verter de las fuentes retozadas.
Déjame ser la caricia hecha palabra en tu piel varonil
Mis manos recorren tu cuerpo
descendiendo a tu hombría
Convertirme en ese ritual
que se desgranan en tres tiempos
Hurgar en ti hasta despertar tu cuerpo adormecido
Ser la que sobre ti marca el ondular del mar en tus oleajes
Ser el remanso
donde acoples el descanso de tu cuerpo sudoroso
Ir al encuentro de tu mirada
que se fija en mi cuerpo de mujer que aflora el deseo
La caricia que se siente y estremece sin el toque de unos dedos
Silencio que se afana en el éxtasis
que Brota de un suspiro envuelto en la flama
Que se Aspira hasta llegar al sitial del roce del pleno amar
Intuir que cada letra es el beso que pronuncio en tu piel
Y oírte murmurar cerca de mi pecho que ardes de deseo
Robarme mas allá del aliento,
esbozarme la piel con tus sueños
Elevarte hasta llegar a mi,
en el acople a la espera de ese grito anhelado
Oscilar de dos cuerpos anclados desleídos
hasta que las fuentes viertan
todo el magma retenido en el transcurrir de la espera.
Noche en la que sorprendes mi sueño y acaloras mi piel
Sudor de piel que se convierte en rocío
que dejas caer gota a gota sobre mis pechos descubiertos
Manantiales desbordados,
murmullos convertidos en gemidos,
nuestras manos recorriendo nuestros cuerpos.
Labios que sorben el dulce agridulce del néctar
Con el que pincelas mi cuerpo que se rinde a tus deseos